Yo pensaba que te amaba por un millón de razones.
Pensaba que amaba el sonido de tu risa,
O que amaba ver tu rostro por las mañanas.
Pensaba que amaba ver tus ojos cuando duermes,
O el dibujo que forma tu sonrisa en tu cara.
Yo pensaba que te amaba por un millón de razones,
Pero no. Sé que te amo,
Y que eso es cierto;
Porque no puedo evitarlo.
No te amo porque seas más o menos inteligente.
Tampoco porque me atraigas más o menos que otra.
Ni te amo porque crea que puedas entenderme.
Te amo, es cierto; porque no soy capaz de otra cosa.
Te amo de una forma más simple, más primitiva.
Te amo como aman las flores al viento,
Así de fácil, sin pensamientos ni paracaídas.
Ojalá no te amara tanto, quizá,
Para evitar este sufrimiento.
Pero ahora te amo más que nunca,
Ahora… que no te tengo.
